Mauricio García León
Las ciudades carecen de estrategias para hacer frente a los efectos del cambio climático como las grandes inundaciones que dejarán bajo el agua a ciudades costeras en todas las partes del mundo, en contraste a millones de pobladores que se quedarán sin agua por la pérdida de bosques y la recarga de mantos freáticos.
Así lo evidenció el especialista urbano, Robert Muggah, cofundador del Instituto Igarapé y la Fundación SecDev, quien recalcó que las ciudades quieren ser incluyentes o Smart, pero se requiere de un plan real, hacerlas verdes, migrar a energías limpias, enfrentar el cambio climático y el crimen.
En el marco del SmartCity Expo Latam Congress, planteó que las ciudades emiten 80 por ciento de las emisiones de bióxido de carbono, al grado que hay ciudades asfixiadas por contaminantes como Beijing y Nueva Delhi.
En el planeta hay más de 3.5 millones de muertos vinculados a la contaminación, aunado a que mil millones a mil 500 millones de personas que hoy viven en líneas costeras en 2050 ya no podrán hacerlo.
Ilustró que en 2050 una serie de megaciudades habrán desaparecido al quedar debajo del nivel del mar, no solamente Dacca, Shangai o Países Bajos, sino Miami, Florida, se encuentran en problemas, y aunque ya desarrollan algunas estrategias de mitigación, no es mucho lo que se puede hacer.
Otras áreas que se verán afectadas por el crecimiento en el nivel del mar se relacionan con Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz y la Península de Yucatán, donde en 15 años serán zonas de alto riego, en casos como Cancún y Holbox, o Belice, Panamá y Río de Janeiro.
Añadió que Cartagena es de las pocas ciudades que han diseñado un programa para enfrentar el crecimiento en los niveles del mar con 500 millones de dólares, que son cacahuates con respecto a todo lo que se va a perder, pero otras como Guayaquil requerirían de al menos tres mil millones de dólares para mitigar los efectos de las inundaciones y los desplazamientos humanos.
Ciudades que dependen del turismo tendrán efectos catastróficos, de manera que los retos de las estrategias es cómo hacerlas resilientes al cambio climático.
Muggah también recalcó que en materia de seguridad, la gran mayoría de la violencia se concentra en áreas muy pequeñas, por ejemplo, en Bogotá, donde 98 por ciento de la violencia se registra en dos por ciento de las calles.
Declaró que la prestación de servicios es una de las claves para tener ciudades más seguras, por ejemplo con un transporte predecible e inclusivo que reduzca las brechas sociales y reduzca las emisiones contaminantes.
No obstante, puntualizó, las ciudades requieren colaborar y quedar dentro de las agendas federales, de las agendas de discusión, además de gozar de autonomía para la toma de decisiones.
Ilustró que a nivel planetario solamente ocho mil ciudades usan energía eólica y mil hidroeléctrica como Nueva York para atender las demandas poblacionales.