Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo consideró que el crecimiento de la zona euro sigue siendo modesto, pero hay señales incipientes de estabilización.
Sin embargo, estimó que el brote de coronavirus en China persisten como uno de los riesgos que nuble el horizonte.
El BCE ha mantenido durante años políticas ultraflexibles para impulsar el crecimiento, y Lagarde aseveró que este apoyo todavía es necesario para proteger al bloque de las turbulencias mundiales.
Explico que la economía interna sigue siendo resistente porque el consumo sigue aumentando, el desempleo se encuentra en su nivel más bajo de los últimos 12 años y el empleo en sus niveles más altos.
No obstante la inflación, objetivo principal del BCE, sigue siendo débil y el bajo crecimiento está deteniendo las presiones inflacionarias, dijo.
La economía doméstica permanece “relativamente sólida”, con el consumo privado expandiéndose 0.5% en le tercer trimestre del pasado año.
“Aun así, los factores globales siguen pesando sobre el crecimiento de la eurozona”, lamentó la presidenta del BCE, quien también recordó que algunas de las incertidumbres que rodean el entorno económico global continúan elevadas", según una publicación del diario El Economista.