Para reactivar la economía “ante la crisis transitoria”, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, planteó un redireccionamiento de 250 mil millones de pesos, alrededor de un punto del Producto Interno Bruto, que se operaban a través de fideicomisos y fondos.
Indicó que entre los propósitos estarán fortalecer los programas sociales y proteger a los pobres, ayudar a la reactivación económica vía acciones como crédito para la industria de la construcción para la generación de empleo, apuntalar a Pemex ante caída de precios del petróleo y pagar deuda.
“No queremos que se incremente la deuda, sino hacer todo lo posible para mantener el compromiso de que no haya aumento en la deuda pública”, agregó.
Descartó una moratoria en torno a la deuda: “No estoy de acuerdo en la cancelación de la deuda pública ni obtener una prórroga, tenemos capacidad para atender los compromisos adquiridos”.
Adujo que la deuda pasó de 1.7 billones de pesos en el gobierno de Vicente Fox a 5.2 billones con Felipe Calderón y con Enrique Peña Nieto concluyó en 10 billones, alrededor del 45 por ciento del PIB y se destinan 45 mil millones de pesos al servicio de la deuda.
Ello tras publicarse en el Diario Oficial la extinción de los 281 Fideicomisos y Fondos que no se consideren estratégicos o hacer modificaciones legales, para concentrar esos recursos en la Secretaría de Hacienda para su distribución.
Por otra parte comentó en torno a medidas para que la población se quede en casa y la restricción en algunos estados para la venta de bebidas alcohólicas que "nada de toque de queda ni autoritarismo. No a medidas draconianas de dudosa efectividad para el propósito que se tiene", aunque dijo será el gabinete de Salud el que aborde la pertinencia o no de una Ley Seca.
Confirmó que en su encuentro con empresarios el jueves les reiteró que no será más de lo mismo en torno a las medidas de recuperación económica, se acordó reuniones de manera permanente y se designó como enlace a Alfonso Romo.
“Yo tengo otros datos, yo estoy hablando de crisis transitoria”, dijo López Obrador a los señalamientos de empresarios que estiman una caída del cuatro por ciento del PIB por la pandemia del COVID-19.
No se pueden hacer pronósticos con lo que está sucediendo ahorita, insistió.
Estimó que los precios del petróleo aumentarán.
También reiteró que el gobierno ya no usará los tiempos que tenía por derecho en las radios y televisoras.