Desde su creación en 2003 el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), ha multiplicado su presupuesto y destinó un total unos 381 mil millones de dólares en las agencias de vigilancia de fronteras y manejo de la inmigración.
Un informe divulgado por American Immigration Council, reveló que el gobierno ha cumplido con todas las metas de seguridad de la frontera establecidas por las leyes de inmigración aprobadas por el Senado, "pero los fondos para labores policiales siguen creciendo".
La aplicación de las leyes de inmigración en EE.UU. incluyen a la agencia de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) y el servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), que opera en el resto del país y cuya función principal es la detención y deportación de inmigrantes indocumentados.
Ambas agencias dependen del DHS. Según el estudio, el ICE y la CBP emplean actualmente más de 84 mil funcionarios, de los cuales más de 50 mil cumplen tareas específicamente policiales.
El gasto del ICE casi se ha triplicado también, incrementándose de tres mil 300 millones de dólares anuales a ocho mil 400 millones de dólares, "y gran parte de estos fondos han ido a aumentar la capacidad de la agencia para confinar inmigrantes detenidos en sitios en todo el país".