El presidente Andrés Manuel López Obrador, destacó durante la Cumbre de Líderes sobre Cambio Climático, que el programa Sembrando Vida, es posiblemente el esfuerzo más grande de reforestación en el mundo, y en el que actualmente laboran 450 mil campesinos y campesinas que reciben un jornal de cinco mil pesos mensuales para plantar árboles frutales y maderables en sus tierras o parcelas.
Al compartir las propuestas de México en torno al ambiente, dijo que a través de este programa se han sembrado 700 millones de plantas y se llegará a mil millones para abarcar un millón de hectáreas, con un presupuesto que asciende a 29 mil millones de pesos anuales, es decir, mil 400 millones de dólares.
En ese contexto, propuso al presidente de Estados Unidos, Joe Biden que "juntos ampliemos dicho programa en el sureste de México y en Centroamérica para sembrar tres mil millones de árboles adicionales y generar un millón 200 mil empleos. Nosotros asumimos nuestra responsabilidad económica y nos comprometemos a ayudar en la organización productiva y social, y ustedes, presidente Biden, podrían financiar el programa Sembrando Vida en Guatemala, Honduras y El Salvador".
Destacó la importancia de esta estrategia al señalar que con cuatro millones de hectáreas de árboles se absorben 70 millones de toneladas de dióxido de carbono por año.
Agregó una propuesta complementaria, al señalar que el gobierno de Estados Unidos podría ofrecer a quienes participen en este programa que, después de sembrar sus tierras durante tres años consecutivos, tendrían posibilidad de obtener una visa de trabajo temporal, y luego de otros tres o cuatro años podrían obtener hasta la residencia en Estados Unidos o su doble nacionalidad y con ello contener el fenómeno migratorio.
A su vez, comentó que en México "hemos descubierto tres grandes yacimientos de hidrocarburos, el petróleo que estamos descubriendo se destinará, básicamente, a cubrir la demanda de combustibles del mercado interno y se acabará con la práctica de exportar crudo, petróleo crudo, y comprar gasolinas. De esta forma, ayudaremos a evitar el uso excesivo de combustibles fósiles. También estamos modernizando nuestras plantas hidroeléctricas para reducir el uso de combustóleo o carbón en la producción de electricidad".
Sostuvo que la energía que se produce con agua es limpia y barata, de ahí que su gobierno ha optado por cambiar turbinas antiguas por equipos modernos, "lo cual nos permitirá aprovechar el agua de los embalses para producir más energía sin construir nuevas presas y sin causar afectaciones".
Por su parte, el gobierno de Joe Biden se comprometió a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos entre un 50 y un 52 por ciento respecto a los niveles de 2005 para 2030, un nuevo objetivo que espera que impulse a otros grandes emisores a aumentar su ambición de combatir el cambio climático.
El nuevo objetivo de Washington casi duplica la promesa de reducción de emisiones del expresidente Barack Obama de un 26-28 por ciento por debajo de los niveles de 2005 para 2025. Los objetivos específicos del sector se establecerán más adelante este año.
En la Cumbre, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció las metas ambientales más ambiciosas hasta ahora, diciendo que el país alcanzaría la neutralidad de emisiones para 2050, con lo que adelantaría en diez años el objetivo previo para lograr emisiones netas cero.
De igual forma, se comprometió a duplicar los fondos para los esfuerzos de hacer cumplir las normas ambientales, en un aparente cambio de política, pues el mandatario brasileño había criticado previamente la aplicación de la ley ambiental y debilitó aún más a las agencias encargadas, cuyos presupuestos y personal ya se habían reducido durante años.
