El Centro de Estudios Económicos Espinosa Yglesias ubicó a Puebla entre los estados con alta pobreza laboral.
"Este es un patrón constante que se observa para las tres entidades federativas desde el año 2005", indicó Rocío Espinosa, investigadora del CEEY.
El Semáforo de Movilidad Social del CEEY indica que en Chihuahua, Querétaro, Yucatán, Hidalgo, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Durango, Aguascalientes y Guanajuato la proporción de hogares que permaneció en situación de pobreza laboral -con un ingreso per cápita laboral inferior al costo de la canasta alimentaria- se ubicó por arriba del 71 por ciento.
En Guerrero, Oaxaca y Chiapas, en tanto, alcanzó 77.1, 84 y 86.5 por ciento, respectivamente.
Por ciudades, las que registraron mayor persistencia de la pobreza laboral fueron Aguascalientes, Tuxtla Gutiérrez y Querétaro, con entre 74 y 79.5 por ciento.
El CEEY destaca que dos terceras partes del ingreso total de los hogares provienen del ingreso laboral.
Sin embargo, advierte, en Querétaro, Morelos, Guerrero y Oaxaca entre 18 y 25 por ciento de los hogares no percibieron ingresos por trabajo al primer trimestre de este año.
El director ejecutivo del CEEY, Roberto Vélez Grajales, consideró que el incremento recurrente del salario mínimo es una medida pertinente en términos de reducción de la pobreza y mayor movilidad social, pero debe acompañarse de un seguimiento puntual de indicadores para saber hasta dónde se puede llegar.
"Uno tendría que estarse fijando en qué pasa con la inflación, en lo relacionado con el incremento del salario mínimo, no con todo lo demás, qué pasa en términos de desempleo, situaciones críticas del mercado laboral, y también qué pasa en términos de informalidad, si puede haber desplazamientos de formalidad a informalidad", comentó.