Representantes de Estados Unidos se unirán a sus contrapartes canadienses y mexicanas el próximo 30 de noviembre en Buenos Aires, Argentina, para la ceremonia de la firma del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), aunque su implementación e dará hasta el otoño del año que viene.

De acuerdo con Bloomberg, el camino para su aprobación en Estados Unidos aún es largo. Los acuerdos comerciales tienen que someterse a un procedimiento conocido como la Autoridad de Promoción Comercial, que para evitar correcciones sin fin permite que el Congreso vote con un sí o un no la aprobación de estos pactos. Sin embargo, para que la votación llegue a las Cámaras, por lo general siempre existe una larga negociación entre el Poder Ejecutivo y Legislativo.

El nuevo reto para el presidente estadounidense Donald Trump es que el Congreso de su país apruebe el pacto. Este mes, la Cámara de Representantes regresó a manos de los Demócratas quienes se han dicho listos para negarle la victoria que tanto desea.

Se prevé que la votación sobre la implementación del T-MEC se dé hasta el otoño del año que viene.

El cambio principal en el T-MEC son las reglas de origen en la manufactura de autopartes en Norteamérica, que ahora son más estrictas y que requieren que el 40 por ciento del valor de un vehículo provenga de fábricas con salarios altos (16 dólares por hora) de Estados Unidos o Canadá.

No obstante, especialistas argumentan que las regulaciones sólo contribuirán a aumentar los costos de los vehículos, lo que afectará la competitividad del sector automotor de Norteamérica.

Robert Lighthizer, representante comercial de Estados Unidos y quien fue el jefe negociador de Trump en las pláticas para modernizar el TLCAN, prevé reunirse con los demócratas de la Cámara de Representantes antes de que finalice este mes para analizar sus dudas y proponer una posible fecha para el voto.