Argentina en la encrucijada

René Sánchez Juárez

Toda una sorpresa los resultados de las elecciones presidenciales en Argentina, ya que las encuestas y la percepción política era que Javier Milei candidato libertario de extrema derecha iba a ser el gran ganador este domingo, incluso había quienes se aventuraban a decir que iba ganar en la primera vuelta electoral.

 

El candidato peronista Sergio Massa obtuvo un 36.2% de la votación; Milei alcanzó el 30.2% con un 88% del conteo de la votación, por lo que difícilmente cambie la tendencia y la derechista Patricia Bullrich quedó con un 23.8% del voto. La participación fue importante, un 74% de los argentinos registrados acudió a las urnas.

 

Los resultados de la primera vuelta demuestran que Milei es un producto mediático y que los argentinos quieren un gobierno de resultados, pero sin falsas esperanzas. La estrategia de Massa ha sido vincular el voto a Milei con una amenaza a la democracia. Los argentinos optaron por apoyar valores como la educación y la salud pública antes que prestar a atención a la desastroza gestión económica del ministro candidato. El voto miedo venció al voto euforia.

 

La segunda vuelta será la ratificación de esta primera fotografía, pero el oficialismo y la oposición deberán construir un proyecto político alternativo que deje fuera las falsas promesas de Milei y con la consigna que los votos por Milei deben ser atendidos por sus contrincantes que aspiran a gobernar este país que está urgido de soluciones de fondo y no más de lo mismo.

 

La segunda vuelta como nunca será importante en la definición de las elecciones en Argentina por que esta puede ser la última oportunidad para la clase política tradicional en ese país.

 

El concepto de “casta” utilizado por Milei tuvo sus efectos en esta primera vuelta, pero no fue suficiente para derrotar a los partidos tradicionales y a la clase política en Argentina que está sumida en una crisis de credibilidad como nunca.

 

La primera vuelta es vista como una derrota para el proyecto Neoliberal de Milei, pero también debe ser vista como una oportunidad para lograr la legitimidad que necesita la clase

gobernante y los políticos en Argentina que están severamente cuestionados por la falta de resultados en las últimas décadas.

 

Ahora tocará a ambos candidatos buscar los votos que obtuvo Patricia Bullrich, que a pesar de que es antiperonista, hay un sector más moderado que podría inclinarse por Massa con tal de detener el discurso antirrepublicano de Milei. Además de convencer al 26 por ciento de electores que se abstuvo de participar y que estaban esperando este primer resultado para definir su voto en la segunda vuelta.

 

La segunda vuelta electoral será el próximo 19 de noviembre y se definirá quien logró convencer a los argentinos, si votarán por Massa quien sería el responsable de sacar a Argentina de la crisis económica en la que se encuentra sumergida o Milei con su discurso antirrepublicano.

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