Fallece Pelé, el mejor jugador del siglo 20

Tres títulos mundiales de futbol, el último en México 1970, mil 283 goles y 82 años de edad marcaron la trayectoria de Pelé, quien nacido el 23 de octubre de 1940 tuvo en su padre el primer contacto con un mundial de futbol. Lo mismo fue bolero que gasolinero, hasta que ganó el mote, ya sea porqué su madre le advirtió sería un pelele o por su origen del descampado, las peladas, pero su suerte quedó marcada en 1958 con la primera copa ganada por Brasil y en 1961 cuando hizo el gol más bonito en la historia del Maracana.

Pelé estuvo dos ocasiones en Puebla, México una ocasión en 2014 en un evento organizado por la UPAEP y otro en 2006, el 11 de marzo, en el Congreso de Gente Nueva, donde declaró: Mi segundo país de corazón es México.

Edson Arantes do Nascimento nació en Tres Corazones, en Minas Gerais y su infancia estuvo marcada por dos ilusiones: tratar de ser jugador de fútbol como su padre, y revertir la historia de la selección de su país ganando una Copa del Mundo tras el fracaso en el Mundial de 1950 en el Maracaná ante Uruguay, cuando él tenía sólo nueve años y sufrió mucho aquella situación.

 

Su padre, Joao Ramos do Nascimento, Dondinho, era un buen delantero que hasta llegó a marcar cinco goles de cabeza en un mismo partido (Pelé dijo que es un récord que siempre quiso batir y no pudo). Había sido jugador del Fluminense y del Atlético Mineiro, pero una lesión en su rodilla (en un choque contra Augusto, capitán después de la selección brasileña en el Mundial de 1950) truncó su carrera a los 24 años.

Pelé era conocido de niño como Dico y se fue a vivir a Baurú porque su padre fue contratado por el equipo de esa ciudad. Allí jugaba al fútbol con una pelota de trapo, y creó con sus amigos del barrio un equipo llamado Ameriquinha, desde donde saltó al Baquinho, las divisiones inferiores del Baurú. Allí fue entrenado por Waldemar do Brito, que había jugado el Mundial de Italia 1934, y éste fue fundamental para perfeccionar su técnica y convencerlo de hacerse profesional, y a su madre, Celeste, para que aceptara abandonara su trabajo en una fábrica de zapatos y fuera a jugar al Santos FC.

Do Brito le ganó la pulseada, por poco, a Elba de Padua Lima, Tim, que era el DT del Bangú de Río de Janeiro y había jugado el Mundial de Francia 1938 (y quien en 1968 dirigiría a Los Matadores, campeones invictos del Metropolitano con San Lorenzo de Almagro). Pelé tenía tres hermanos, María Lucía, Edson y Zoca, componiendo una familia muy humilde, tanto, que contó que al llegar al Santos, “lo primero que hice fue ir corriendo al agua, para comprobar si era efectivamente salada como decían”.

Había abandonado la escuela en cuarto grado, con muy malas notas. También vendía bebidas frescas en las estaciones de trenes, lustraba zapatos y le pusieron “Gasolina” cuando se empleó en una estación de servicio, pero no le gustaba ese apodo. También arrastraba el de “Pelé, aunque hay dos versiones sobre su origen. Una dice que como su madre estaba harta de que sólo se interesara por el fútbol, le decía “si sólo te dedicás a jugar al fútbol, vas a ser un pelé (un don nadie, un pelele) toda tu vida”. La otra indica que venía de las “peladas”, los descampados en los que jugaba con sus amigos en Baurú.

Jugando para el sub-16 de San Pablo, malogró un penal importante y eso le hizo pensar en marcharse, pero no se lo permitieron. Otra vez, casi lo convencen del Baurú para regresar y jugar en Primera, incluso hizo su maleta y ya se iba cuando el cuidador del club lo vio en la estación y lo trajo de vuelta.

En el Santos compartía la pensión de Doña Georgina con Dorval y Coutinho, aunque su protector era Zito, a quien iba a comprarle cigarrillos. Debutó ante el Corinthians de Santo André convirtiendo un gol, aunque su primer partido oficial fue ante el Cubatao el 7 de setiembre de 1956 con 15 años, y otro gol. Ganó ese torneo paulista como goleador del equipo, y luego, la Copa Río-San Pablo de 1957.

Si bien era conocido en Brasil, no lo era en el concierto internacional, tanto es así que se guarda en Santos como un gran documento cuando desde un club de Porto Alegre le pidieron prestado un jugador y el club paulista ofreció a Pelé. El telegrama de respuesta fue “Pelé no interesa, manden a Pagao”, un veterano futbolista, casi retirado.

Esto cambió con un torneo organizado en el Maracaná con equipos brasileños y europeos (tres goles a Belenenses de Portugal, y uno a cada uno al Dynamo de Yugoslavia, Flamengo y San Pablo) y así logró que el DT de Brasil, Vicente Feola, lo convocara cuando no llevaba un año de profesional. El 7 de julio de 1957 debutó contra Argentina por la Copa Roca en el Maracaná (ganó Argentina 2-1, entró en el segundo tiempo cuando la gente coreó su nombre, y le marcó el gol a Amadeo Carrizo aunque luego del empate, el Gitano Juárez desniveló). Había nacido una estrella, y anotó uno de los dos goles del 2-0 a Argentina tres días después en el Pacaembú.

Su crecimiento en tan poco tiempo lo llevó a ser convocado para el Mundial de Suecia 1958 aunque no sin polémicas porque fue en detrimento de una de las estrellas del momento, Luizinho, del Corinhians, lo que enloqueció a su hinchada, al punto de que sus manifestaciones consiguieron que la selección brasileña enfrentara al equipo paulista en un amistoso, en el que Ari Clemente, defensor corinthiano, lo lesionó en su rodilla y casi se queda afuera.

Debutó recién en el tercer partido de grupo ante la URSS de Lev Yashin. Ganó Brasil 2-0 y Feola hizo ingresar a los jóvenes Pelé, Garrincha y Zito luego del empate 0-0 ante Inglaterra y pese a la oposición del psicólogo del plantel. Pero en cuartos de final, País de Gales se metió atrás y Pelé marcó un gran gol con el que Brasil pasó a semis (sombrero a Williams en el punto penal y antes de que la pelota picara y con Bowen acosándolo, le pegó con el empeine derecho cerca del palo derecho de Kelsey). Pelé siempre dijo que ese gol fue el que le dio la confianza definitiva.

Luego, en lo que fue una final anticipada, llegó un triplete a la Francia de Kopa y Just Fontaine en el espléndido 5-2. En la final ante la Suecia de Liedholm y Gunnar Gren, Brasil iba perdiendo con gol de Liedholm, Pelé estrelló una pelota en el palo, pero la maravilla ocurrió en el segundo tiempo con el tercer gol, cuando pasó la pelota por arriba de Gustavsson y le dio a la pelota sin que picara. Con el partido 4-2 y casi definido, Pelé le ganó en el aire a dos defensores, alcanzó a cabecear de una manera rara a la pelota y ésta hizo una parábola antes de meterse en la red. Pelé y Brasil eran campeones del mundo por primera vez y Pelé, en una escena mítica, lloraba en los hombros del arquero Gilmar.

Hasta hoy, fue la única vez que una selección sudamericana ganó un Mundial en Europa. Tenía 17 años y la revista francesa L’Equipe le otorgó el título de “Rey del Fútbol” y quedó para siempre como “O Rei”. Eso le permitió, al regresar a Brasil, renegociar su contrato con el Santos por 22 mil dólares de prima, una casa y un automóvil Volkswagen.

En Santos, la de 1958 fue una temporada sensacional, con 58 goles en 38 partidos. El equipo por esos años, daba notables espectáculos con jugadores como Mauro, Gilmar, y una brillante delantera, que para Pelé fue la mejor que integró: Dorval, Mengalvio, Coutinho, Pelé y Pepe.

El 5 de marzo de 1961 Santos enfrentaba al Fluminense en Río de Janeiro y le ganaba 1-0 con gol suyo cuando a los 40 minutos recibió de Dalmo, eludió a Valdo, se sacó de encima a Edmilson con un amague, pasó entre Clovis y Altair, desorientó a Pinheiro con una finta perfecta, Jair Marinho le fue con todo cuando ingresaba al área pero superó también ese escollo y cuando le salió el arquero Castillo, sacó un remate suave a su palo derecho y lo venció. El relator Valdir Amaral gritó entonces en la radio “Este gol merece una placa”. Al poco tiempo, el desaparecido diario paulista “O Esporte” colocó una placa en el Maracaná que dice “En esta cancha, el día 5-3-61 Pelé marcó el gol más bonito de la historia del Maracaná”. También en 1969 en el Maracana logró su gol número mil.

Para el Mundial de Chile 1962, el DT era Aymoré Moreira. Pelé llegaba con un exceso de partidos y se le había diagnosticado un esguince inguinal. Ya Brasil había pasado del sistema 4-2-4 al 4-3-3, y la estrella del Santos debutó con un gol ante el México del arquero Antonio Carbajal (que atajó en cinco Copas del Mundo) pero ya en el segundo partido ante Checoslovaquia no daba más y cayó fulminado de dolor. Como no había cambios en esa época, siguió en el partido, aunque renqueando, y ya no volvió a jugar más. Fue reemplazado por Amarildo y fue Garrincha el que brilló para el segundo título.

Pelé volvió para la Copa Libertadores con el Santos en 1962 sólo para la última final ante el Peñarol de Alberto Spencer. Fue en Buenos Aires, en el Monumental, luego de dos 0-0. Pelé marcó dos goles y los brasileños ganaron 3-0. Eso le dio la posibilidad de jugar ante el Benfica de Eusebio, Coluna y Simoes la Intercontinental (3-2 en la ida, con dos goles suyos y 5-2 en Lisboa con un recital suyo y cuatro tantos).

En el mundial Inglaterra 1966, Brasil debutó con un 2-0 a Bulgaria (Pelé anotó de tiro libre) pero el árbitro no cobró casi ninguna falta de las permanentes del defensor Zhechev. Para tomar precauciones, lo reservaron ante la Hungría del gran Florian Albert y perdieron 3-1 ante los magyares, y ya en el decisivo partido ante la Portugal de Eusebio no sólo volvieron a caer 3-1 sino que el defensor Morais lo lesionó con otra doble falta que el árbitro no señaló, en un contexto de muchas dudas en los arbitrajes que acabaron perjudicando a los tres exponentes sudamericanos, junto con Argentina y Uruguay.

Al regresar, Pelé renunció a la selección brasileña pero ya las exhibiciones con el Santos eran espectaculares y por todo el mundo. Pelé se codeaba con mandatarios, estrellas del cine, políticos (Robert Kennedy, por ejemplo, asistió a uno de sus partidos y se acercó al vestuario para regalarle un dólar de oro como símbolo de su admiración, en Biafra acordaron una tregua de 48 horas de una guerra que se libraba para poder ver en acción al Santos en una de sus giras por África, fue recibido por los papas Juan XXIII y Paulo VI).

El Mundial de 1970 fue el de un Pelé excelso, con jugadas para recordar (remate de mitad de cancha que casi vence al arquero checoslovaco Ivo Viktor, el cabezazo que le sacó Gordon Banks, que se considera la mejor atajada de la historia de los Mundiales, un golazo de tiro libre ante Rumania, el amague a Ladislao Mazurkiewicz ante Uruguay en semifinales, dejando correr la pelota por un costado, yéndola a buscar por el otro, y rematando cruzado y apenas desviado, el gol de cabeza en la final, cuando Tarciso Burgnich dijo que pensó que Pelé era humano y ese fue su error en la marca, el pase sin mirar a Carlos Alberto en el 4-1 final).

El 18 de julio de 1971 jugó su último partido con la selección verdeamarilla ante Yugoslavia.

En 1975, casi en la quiebra, tnía ofertas de Juventus, Milan. Real Madrid y América de México pero el Cosmos de Nueva York estaba detrás de él desde hacía tres años a través de su presidente, Cliv Toye y lo firmó a sus 35 años. Fue presentado el 11 de junio de 1975. Su DT sería Gordon Bradley, a quien ya había enfrentado una vez y había sido su marcador. Su debut fue una semana después en la NASL ante el Toronto Metros.

Con el Cosmos, Pelé recibió un botín con incrustaciones de oro por llegar a su gol 1250.

El 1 de octubre de 1977, Pelé dijo adiós a su carrera ante 75 mil personas.

Finalizaba su carrera con 1283 goles en 1367 partidos. Oficialmente, y mientras los propios reclutadores de estadísticas continúan en discusión por las cifras, sumó 760 en 831 partidos para quedar actualmente en la historia detrás de Josef Bican, Romario, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.

En una encuesta de FIFA de 2000 fue elegido como mejor jugador del siglo XX.

Nunca ganó el Balón de Oro porque sólo se le entregaba a europeos pero en la gala de enero de 2014, la FIFA le otorgó uno honorífico.

Durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, en los años noventa, fue ministro de Deportes y se promulgó la llamada “Ley Pelé”, por la que si el jugador termina su contrato y no renueva con su club, queda en libertad de acción.

En el cine filmó “Escape a la victoria” (1981) junto con Bobby Moore, Osvaldo Ardiles, Kazimierz Deyna y actores como Michael Caine, Max Von Sydow y Sylvester Stallone.

Compuso más de un centenar de canciones.

Cuando una persona es muy conocida y pasa a ser idolatrada, suele olvidar de donde vino. Lo digo porque cuando Edson conoció a Pelé, con sus seis años en Baurú, era Edson el que lloraba, sufría, tenía problemas. Pelé es inmortal, ídolo. Uno puede ir a cualquier lugar del mundo y si pregunta si conocen a Pelé, la respuesta siempre será que sí, pero si uno pregunta quién es Edson, nadie lo sabe y sin embargo, Edson es la base de Pelé”, reconoció para un documental sobre su vida.

Please publish modules in offcanvas position.