Las fintech le ganan terreno a la banca en crédito

En México, el tercer país más poblado de América, solo el 37 por ciento de los adultos posee cuenta bancaria, pero el 71 por ciento tiene acceso a Internet.

Mientras que una solicitud de préstamo en un banco comercial de México puede demorar en promedio dos meses, las fintech son capaces de aprobar un préstamo en horas.

Conforme el documento de International Finance Corporatio de Banco Mundial, "las pymes buscan la solución en las fintech", las pequeñas empresas han tenido siempre grandes dificultades para obtener financiamiento oportuno en las economías emergentes, a pesar de que desempeñan un papel importante en el crecimiento económico y la creación de empleo. Las pymes representan alrededor del 90  por ciento de las empresas y generan más del 50  por ciento del empleo en todo el mundo.

En las economías emergentes, las pymes formales aportan hasta el 40 por ciento del producto interno bruto (PIB), cifra que aumenta significativamente si se incluyen las del sector informal.

En los mercados emergentes, las pymes generan siete de cada diez puestos de trabajo formales.

En el caso de México, ejemplifica que después del brote de COVID-19, Agro-Ipsa, una pyme del estado de Chihuahua, se puso en contacto con la fintech mexicana Konfío para solicitar un préstamo que le permitiera continuar con sus operaciones y sus planes de expansión.

La empresa se especializa en infraestructura hidráulica y brinda asesoramiento sobre sistemas de riego que ayudan a los numerosos productores de chile de la región a utilizar los escasos recursos hídricos de un modo más inteligente. Konfío, cuyo nombre remite al verbo "confiar", aprobó el préstamo de Agro-Ipsa el mismo día que esta lo solicitó.

"Gestionar una pyme es como andar en bicicleta", dijo Sergio Martínez, administrador de Agro-Ipsa. "Si dejas de pedalear, te caes. Nuestro objetivo es abarcar todo Chihuahua y tal vez otros estados en los próximos meses".

El director ejecutivo de Konfío, David Arana, cree que la pandemia ha reducido las aprehensiones respecto a las compañías de financiamiento digital.

"A diferencia de las entidades que todavía requieren que el cliente vaya a una sucursal, nosotros ya ofrecíamos servicios financieros 100  por ciento virtuales", apunta Arana.

"Aunque resultaban frustrantes para muchos usuarios, estos procesos cara a cara se percibían como un elemento que generaba confianza entre los clientes y la empresa. El distanciamiento social provocó cambios fundamentales en el comportamiento de los consumidores".

¿Su predicción? Los prestamistas digitales crecerán rápidamente: "No hay vuelta atrás", afirmó.

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