El remplazo de tuberías de plomo en Estados Unidos generará una enorme cantidad de residuos que pueden terminar en Latinoamérica, advierte una publicación de El País.
Se destaca que Biden busca invertir 15 mil millones de dólares en reemplazar la tuberías de plomo que transportan agua, sin embargo, se espera que el trabajo inunde el mercado internacional de residuos.
La publicación refierre que estos desechos se suministran a empresas que funden y refinan el metal para reutilizarse en baterías y otras tecnologías, lo que puede terminar envenenando el aire, agua y la tierra en países en desarrollo.
La advertencia que hacen activistas a El Paía es que fundir en Estados Unidos requiere de costosas tecnologías que recuperan las emisiones tóxicas que el plomo suelta al fundirse para evitar que dañe la salud de los habitantes, en tanto, las empresas en países en desarrollo tienen leyes ambientales más laxas.
Se añade que unos 75 países importan esta basura, entre ellos México, Guatemala o Colombia, de tal formsa que ñlas emisiones tóxicas del plomo terminan envenenando a habitantes en estos países, incluyendo a los niños, dice Perry Gottesfeld, director ejecutivo de OK International
Tanto ésta y otras organizaciones pidieron a la Agencia de Protección Ambiental que le exija a las empresas que se deshagan de los residuos dentro del país, pero tendrían que venderlos directamente a plantas fundidoras en Estados Unidos y no a intermediarios.
A diferencia de la basura electrónica que llega de manera ilegal a México, los residuos de plomo se funden en empresas formales que verían ganancias millonarias si el programa del presidente Joe Biden arranca sin el compromiso de tratar los residuos en Estados Unidos.
“Las condiciones en estas plantas son simplemente horribles, mucho más contaminantes que sus equivalentes en EE UU tanto en términos de cuánto contaminan el ambiente como en las protecciones que dan a sus trabajadores”, cuenta Gottesfeld.
La publicación señala que México, el segundo comprador de residuos de plomo de Estados Unidos, ya pasa por una crisis de este metal, asegura Sofía Chávez, directora de Casa Cem-Vias Verdes.
"Hay niveles de óxido de plomo muy por encima de lo que está permitido en países avanzados".
En ese contexto, se indica que unos 13 millones de niños mexicanos tienen niveles de plomo en sangre que rebasan la recomendación internacional, mientras que en Estados Unidos menos del uno por ciento lo tienen.
Estudios han comprobado que esto se traducen a problemas de aprendizaje y desarrollo en los menores.