Una noticia buena y una mala: la pandemia COVID debería concluir en 2023 ante la existencia re retrovirales, pero el virus sigue siendo peligroso, ante mutaciones registradas en 25 países y la falta de acceso a medicamentos en las naciones más pobres, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cada semana, aproximadamente diez mil personas mueren de COVID-19, aunque la cifra puede ser mayor al carecerse de reportes de la evolución del virus en China, advirtió la Organización Mundial de la Salud.
Asimismo, fuera de China, una de las subvariantes de Omicron detectadas originalmente en octubre de 2022 es XBB.1.5, un recombinante de dos sublinajes BA.2, variantes que se reportan en 25 países, incluida Norteamérica y Europa.
La OMS está siguiendo de cerca y evaluando el riesgo de esta subvariante e informará en consecuencia.
Sin duda, COVID-19 seguirá siendo un tema importante de discusión, no obstante, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, confió en que finalice oficialmente la emergencia de salud pública en 2023.
Sostuvo que la OMS trabaja para mejorar el acceso y el día de Navidad anunció que los antivirales Nirmatrelvir y Ritonavir fueron precalificados para la producción por un fabricante indio.
Cabe destacar que esta es la primera versión genérica de un antiviral que obtiene la aprobación de la OMS y debería conducir a una mayor producción y acceso; particularmente en los países de bajos y medianos ingresos.
Pero a pesar del claro progreso, la amenaza de COVID-19 persiste, alertó.
Refirió que todavía existen grandes desigualdades en el acceso a las pruebas, el tratamiento y la vacunación y, en última instancia, el COVID-19 sigue siendo un virus peligroso para nuestra salud, economías y sociedades en general.