Riesgos para finanzas públicas por elecciones en 80 economías: FMI

La política fiscal continúa lidiando con la herencia de altos niveles de deuda y déficit, al tiempo que se enfrenta a nuevos desafíos, con serios riesgos para las finanzas públicas, ya que 80 economías o grupos económicos celebran elecciones en medio de un mayor apoyo al gasto público elevado.

El Fondo Monetario Internacional en su monitor fiscal para el mes de abril, refirió que las condiciones de financiamiento siguen planteando retos, mientras que las presiones sobre el gasto para abordar desafíos estructurales se hacen más acuciantes.

Los países deberían impulsar el crecimiento a largo plazo con un paquete de políticas fiscales bien diseñado que promueva la innovación en sentido más amplio, en particular la investigación fundamental, y que facilite la difusión de la tecnología.

Asimismo, indicó, se requieren esfuerzos sostenidos de consolidación fiscal para salvaguardar la sostenibilidad de las finanzas públicas y recuperar el margen de maniobra.

Observó que en casos como México habrá un déficit fiscal récord con respecto al PIB, mientras que en conjunto global, los déficits primarios se reducirán hasta 4.9% del PIB en 2024.

Sin embargo, las finanzas públicas siguen expuestas a riesgos sustanciales, y para reanudar la normalización de la política fiscal harán falta esfuerzos considerables que permitan contrarrestar los factores adversos. 

Según las proyecciones referidas por el FMI, la deuda pública mundial se acercará a 99% del PIB para 2029, impulsada por China y Estados Unidos, donde, de mantenerse las políticas actuales, la deuda pública continuará creciendo y superará los máximos históricos.

Las presiones de gasto para abordar desafíos estructurales, como las transiciones demográfica y verde, son cada vez más acuciantes. Al mismo tiempo, la ralentización de las perspectivas de crecimiento y los niveles aún elevados de las tasas de interés probablemente seguirán limitando el margen de maniobra fiscal en la mayoría de las economías, destacó.

Concluyó que hace falta una cooperación internacional más intensa, con una reforma más rápida de la arquitectura de reestructuración de la deuda a escala mundial, inclusive
a través del Marco Común del G20 y la mejora de la red mundial de seguridad financiera, que podría ayudar a las economías más vulnerables sobre endeudadas a restablecer la sostenibilidad de la deuda.

Argumentó que es esencial que continúe la colaboración en cuestiones técnicas, en particular en la Mesa Redonda Mundial sobre la Deuda Soberana, aunado a que las iniciativas de mejora de la transparencia fiscal y de la deuda facilitarían el proceso de reestructuración de la deuda.

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