América Latina y el Caribe sumaron más de 4 mil feminicidios

América del Sur está mostrando liderazgo en el proceso de avanzar en igualdad de género en el ámbito de la cooperación internacional para el desarrollo, destacaron representantes de gobierno y funcionarios internacionales en la reunión Cooperación y política exterior en América del Sur para el logro de la igualdad de género: Definiciones teóricas, operacionales y propuestas para avanzar hacia modalidades de financiamiento y cooperación.

La violencia feminicida se puede prevenir con respuestas estatales integrales y contundentes, dice el organismo regional de las Naciones Unidas que insta a los países a avanzar hacia la sociedad del cuidado en la región. En 2022, al menos cuatro mil 050 mujeres fueron víctimas de femicidio o feminicidio en 26 países y territorios de América Latina y el Caribe. No nos cansaremos de repetirlo: América Latina y el Caribe tiene el deber de prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas. Es inaceptable que más mujeres y niñas sean asesinadas cada año en nuestros países por razones de género”, planteó José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la  Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

“América Latina tiene retos de gran envergadura, quizás el más importante en un horizonte de desarrollo es el imperativo de sumar la perspectiva de género en las iniciativas de cooperación, porque existe un consenso mundial de que las acciones de desarrollo son mucho más eficaces si se consideran las necesidades diferenciadas entre hombres y mujeres”, planteó el director de la AGCID, Enrique O’Farrill-Julien.

La reunión, que tiene lugar en la sede central de la CEPAL en Chile, es resultado de los acuerdos de la Cumbre Sudamericana realizada en Brasilia el 30 de mayo, explicó el diplomático chileno. “En este contexto, la AGCID, junto a la CEPAL, ha invitado a sus pares de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela a esta reunión de cooperación y política exterior en América del Sur para el logro de la igualdad de género”, apuntó.

De acuerdo con Enrique O’Farrill-Julien, “la igualdad de género contribuye a la construcción de sociedades más justas y democráticas y permite reducir las vulnerabilidades estructurales, dado que permite fortalecer cívica, política, social y económicamente a algunos de los grupos más desfavorecidos”.

Por su parte, José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, afirmó que “bajo las circunstancias de crisis del desarrollo en que nos encontramos, de doble trampa de bajo crecimiento y alta desigualdad, la cooperación internacional para el desarrollo es fundamental”.

“Desde la CEPAL valoramos el diálogo, los procesos de integración y la búsqueda de voces concertadas en la región para promover iniciativas de cooperación sudamericana desde un enfoque social y de género”, señaló la máxima autoridad de la CEPAL.

José Manuel Salazar-Xirinachs sostuvo que América del Sur puede convertirse en una región que sirva de ejemplo y demostración, que pruebe que es posible acelerar el paso para alcanzar la igualdad sustantiva, la autonomía de las mujeres y las niñas en toda su diversidad y en todos los ámbitos, que es posible transitar hacia la sociedad del cuidado, al recalcar que la Agenda Regional de Género, incluirá impulsar una nueva arquitectura de la cooperación internacional para el desarrollo y, específicamente, de la cooperación Sur-Sur y triangular

A lo largo de los 13 años para los que se tiene información, aseguró, los niveles de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) asignada a la igualdad de género han tenido una tendencia creciente en términos de transversalización (alcanzando el 38% de los programas de cooperación); sin embargo, no ha ocurrido así con los proyectos dirigidos a la igualdad de género como objetivo principal, ya que estos se han mantenido en alrededor del 4,5% del financiamiento total en la última década.

De ese monto, América del Sur recibe apenas el 5.35%, y la región en su conjunto el 10 por ciento.

“El bajo porcentaje de la AOD con perspectiva de género que se dirige a América Latina y el Caribe está relacionado con la categorización de la mayoría de los países de la región como países de ingreso medio-alto. Esto es una prueba más de lo que la CEPAL, junto a Chile y otros países, hemos sostenido: que graduar a los países de la AOD con base en el nivel de ingreso per cápita contradice la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, planteó José Manuel Salazar-Xirinachs.

Más aún, indicó, desde que se definió a América Latina y el Caribe como región de renta media para efectos de la AOD, la CEPAL ha identificado un descenso significativo en los montos de la cooperación en relación con el PIB, y en comparación con lo recibido por otras regiones en desarrollo.

“América Latina, además de movilizar recursos internos para su desarrollo, aún necesita de la cooperación Norte-Sur, Sur-Sur y triangular para sobreponerse a sus espacios fiscales reducidos y superar las brechas estructurales del desarrollo, incluyendo los nudos estructurales de la igualdad de género”, expuso José Manuel Salazar-Xirinachs.

Por ello, valoró los esfuerzos que están haciendo los países de América del Sur para pasar de los acuerdos y aspiraciones a las iniciativas concretas, con presupuesto, metas e instrumentos de implementación, monitoreo y rendición de cuentas.

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