Fabricantes de vehículos y autopartes alertaron que la falta de alternativas para abastecerse de energía generada a partir de fuentes renovables podría generar represalias comerciales por parte de los principales mercados consumidores de vehículos de manufactura mexicana.
General Motors, el mayor fabricante de vehículos en México, tiene una inversión anunciada de mil millones de dólares para reconvertir la planta de Ramos Arizpe, Coahuila, y producir vehículos eléctricos.
Sin embargo, la reforma eléctrica que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador, tal y como está planteada, no permitirá a la empresa –y en general a ninguna de las plantas del sector– cumplir con las metas globales de reducción de emisiones que ha fijado el corporativo, destaca una nota publicada en expansion.mx.
"Al no promover energías renovables, nuestras exportaciones podrían estar sujetas a represalias comerciales, como impuestos al carbono a manufacturas, haciendo menos atractivo a México como destino de inversiones y afectando la generación de empleos", advirtió la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz a principios de año.
El fabricante estadounidense no es el único que se ha planteado ambiciosas metas de reducción de emisiones. Nissan, el segundo mayor fabricante de vehículos en México, también se ha fijado el objetivo de lograr la neutralidad de carbono en todas las operaciones de la compañía y el ciclo de vida de sus productos para 2050.
“Nissan buscará más innovaciones en tecnología de electrificación y fabricación para avanzar en el objetivo”, anunció la compañía en un comunicado publicado en enero de 2021. En el documento, la corporación anunció que en los siguientes años se enfocaría en desarrollar vehículos eléctricos rentables y más eficientes, así como en lograr una mayor eficiencia energética y de materiales para respaldar la meta de neutralidad de carbono a más largo plazo.
"Nosotros tenemos un plan a 2050 que busca reducir nuestra huella de carbono y este plan lo vamos corriendo en las plantas, mejorando los procesos y emitiendo menos CO2", dice Joan Busquets, vicepresidente de manufactura de Nissan en México.
Nissan y General Motors ensamblaron unas 300 mil unidades en el primer trimestre del año, equivalentes al 36 por ciento de la producción total de vehículos en México, según datos de Inegi.
Guillermo Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, hace hincapié en que para que la industria automotriz establecida en México siga siendo competitiva es indispensable asegurar el acceso a energías limpias, a precios competitivos y abastecimiento suficiente.
“Ya no será suficiente tener la capacidad para producir vehículos eléctricos o componentes eléctricos, ni tener acuerdos de libre comercio para exportarlos sin aranceles a Europa o Estados Unidos. Aquellos vehículos que no acrediten en su traza de producción haber sido fabricados con energías limpias podrían están sujetos en el futuro a un 'arancel verde'. Por todo ello consideramos que la iniciativa (de reforma eléctrica) que se encuentra en el Congreso no es la adecuada para nuestro país”, alertó.