Los tres riesgos con mayor probabilidad de materializarse actualmente en México son los ataques cibernéticos, la preocupación ligada al entorno de transformación digital; la escasez de insumos clave, que refleja los impactos en las cadenas de suministro locales y globales; y, por último, la inseguridad y falta de estado de derecho, que pueden ocasionar ineficiencias en los flujos de trabajo y en las cadenas; así como elevar los costos por necesidad de invertir en seguridad.